Fuera mercenarios de Colombia.

viernes, 11 de febrero de 2011

2008 May 25 / El Profeta De La Muerte', Secretos Del Mercenario Yair Klein

Autor                           : Jairo Tarazona, Periodista
Medio                           : Diario El Tiempo / Editorial Planeta
Fuente                          : Entrevista directa y archivos de prensa.
Enlace                          :
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4208293


Título                          : 
El Profeta De La Muerte', Secretos Del Mercenario Yair Klein  
Fecha de publicación            : 25 de mayo de 2008 
Materia                         : Colombia, Derechos Humanos
Colección / Serie               : Justicia
Zona geográfica                 : Colombia, Israel, 
Fecha de los hechos             : 1980`s
Entidades y personas mencionadas: Isrex, 



'El Profeta De La Muerte', Secretos Del Mercenario Yair Klein. 

El libro coincide con la noticia sobre la próxima extradición a Colombia de este israelí, que entrenó en el Magdalena Medio los escuadrones de Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha y Carlos Castaño.

En la obra, del periodista Jairo Tarazona, aparece una reveladora entrevista que le hizo a Klein y de la cual publicamos un fragmento: 


"¿Lo contrataron para entrenar grupos paramilitares y combatir la guerrilla? 


Sí, efectivamente, fui contratado para entrenar y enseñarles a los finqueros y a sus trabajadores en qué forma y cuáles eran las soluciones para enfrentar a la guerrilla. 


¿Usted sabía que eso era ilegal, que no se podía hacer en Colombia porque iba contra la ley? 


Yo no conocía a Colombia, ni conocía las leyes, pero cuando uno es contratado por gente de la Policía, gente del Ejército, gente del Ministerio de Agricultura, dueños de fincas y gerentes de entidades y organizaciones ganaderas, creo que es suficiente para pensar que es absolutamente legal. 


Todas mis seis entradas a Colombia y salidas fueron legales, como figura en mi pasaporte que tiene los sellos del aeropuerto El Dorado. 


Si hay un Ejército y Policía Nacional para combatir a la guerrilla, ¿por qué tienen que contratarlo a usted, que en este caso se convierte en un mercenario? 


Me niego totalmente a aceptar la palabra mercenario, no soy ningún mercenario. En el Ministerio de Relaciones Exteriores, aquí en Israel, tienen un libro, en el cual figuran personalidades especializadas en guerra contra el terrorismo y yo le puedo mostrar que ahí aparece mi nombre y el de otra gente, que a través del Gobierno colombiano y de entidades colombianas fueron contactados por medio del Ministerio de Relaciones Exteriores. Escogieron mi nombre porque yo figuro como una persona especializada en la lucha contra el terror y por eso me contrataron. 


¿La presencia suya en Colombia para combatir a grupos guerrilleros tenía el consentimiento del propio gobierno israelí? 


Efectivamente, los ministerios de Relaciones Exteriores y de Defensa israelíes eran conscientes, ciento por ciento, de esta situación. Aunque después ellos lo negaron, pero no pueden negar este asunto en el cual la compañía que me contrató en Colombia tenía relación con el Ministerio de Defensa israelí y sabían absolutamente sobre todo lo que estaba ocurriendo. 


¿Cuál compañía, una compañía de seguridad israelí que funciona en Colombia? 


No sé si esa compañía existe en Colombia porque hace más de 15 años me salí de ese problema, pero en ese momento la compañía existía con permisos del Ministerio de Defensa Israelí. Aunque el coronel Klein me dice que no recuerda el nombre de la compañía, se trata de la empresa Isrex que tenía sede en Bogotá y era dirigida por su paisano Izhack Shoshany Meraiot


¿Una vez contratados ustedes qué hicieron en Colombia, a dónde fueron? 


Lo primero que hicimos fue entrenar a la gente en Puerto Boyacá y en otros lugares del Magdalena Medio, donde adiestramos a un primer grupo en tácticas para encontrar a los guerrilleros. En el primer curso, que duró un mes, inmediatamente hubo contacto y combates con la guerrilla; lo que les enseñé fue cómo atacar, cómo emboscarlos y gracias a eso se pudo acabar con mucha gente de la guerrilla y quitarles dinero, producto de la extorsión y el rescate que les exigían a los ganaderos. A raíz de estos buenos resultados me volvieron a llamar para realizar otro curso... Cuando volví nuevamente a Colombia, me di cuenta de que el mismo Ejército utilizaba a la gente que yo había entrenado para atacar y emboscar. Entonces me convencí de que estos combatientes que yo entrené tenían mucha más capacidad de ataque que los mismos soldados del Ejército colombiano".

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